En VIDETIS CONSULTORES confiamos en el potencial que existe en cada uno de nosotros: nuestro trabajo es ayudarte a encontrar las fortalezas que están dentro de ti.
Jesús Martínez Iturralde
Esta es la frase que frecuentemente utilizamos con los participantes en nuestros programas de desarrollo profesional: outplacement. Todos tienen su propia historia personal y profesional. En VIDETIS CONSULTORES nos sentimos afortunados de poder escuchar diferentes experiencias, cada una de ellas única e irrepetible.
Hoy os voy a contar una historia. Es parte de la historia de mi vida en la que finalicé una etapa de mi trayectoria profesional y, tras un proceso de transición de intenso trabajo personal, encontré la salida hacia una vida laboral plena.
En enero de 2019 finalicé una larga y compleja etapa en mi trayectoria profesional, tras haber ejercido durante 19 años como Director de RRHH en la misma compañía. Siento satisfacción y orgullo de haber trabajado con un gran equipo de profesionales y colaboradores que nos permitieron impulsar y crear una sólida empresa. Desde mi incorporación en el año 2000 conseguimos transformar una empresa navarra mono cliente hasta llegar a ser un grupo líder en Logística de Automoción, con presencia en diferentes provincias de España y Portugal. Tengo también la satisfacción de haber formado parte de un equipo cuyo esfuerzo y determinación permitió que incrementáramos la cartera de clientes de una forma considerable, pasando de dos a nueve centros de trabajo y alcanzando los 1.200 empleados. Pero no todo fueron éxitos en el trayecto. Pasar de 15 a 50 millones de euros de facturación en este tipo de sector exige mucho sacrificio y dedicación como podéis imaginar.
A pesar de que también hubo tensiones y desencuentros, me quedo con lo positivo, con la experiencia y con la oportunidad de crecimiento que esta empresa me ofreció.
En enero de ese año 2019, la empresa en la que había pasado toda mi juventud, tras 19 años de intenso trabajo ininterrumpido, hizo una restructuración y decidió prescindir de mis servicios. Allí quedaron mis buenos y peores momentos, mis objetivos, compañeros y colaboradores.
A partir de ese momento me encontré en un territorio desconocido, al igual que el resto de mis compañeros del equipo de dirección que también tuvieron que hacer frente previamente a la misma situación.
Las semanas que sucedieron a la notificación del despido fueron desconcertantes y las recuerdo con sufrimiento emocional. No me hacía a la idea de que ya no tendría que volver a la oficina cada mañana cuando me despertara. Pero quizá lo peor de todo era el pensamiento recurrente que venía a mi cabeza sobre el futuro incierto y si sería capaz de hacer frente a esta nueva situación sin que me afectara al equilibrio personal. Nadie está realmente preparado para este tipo de situaciones. Cuando menos me lo esperaba, en la madurez de mi vida, todo parecía volverse en contra. Más aún, siendo consciente de que con cincuenta y tres años reinventarse no es fácil.
A lo largo de la vida, muchas situaciones te ponen a prueba y con frecuencia recibes muchos golpes. Algunos de ellos muy duros. Siempre he pensado que este tipo de situaciones son injustas y llegan a defraudarte por el balance entre lo que entregamos y lo que recibimos. Pero tal vez debido a la gran cantidad de dificultades superadas, he aprendido a superarlas pronto y a no desanimarme fácilmente. La cuestión es enfocar el futuro profesional de una manera consciente y evitar la inercia del pasado. Esta vez lo que tenía claro es que quería que mi enfoque ante la dificultad fuera distinto.
Después de unas semanas de reflexión y replanteamientos personales y profesionales, logré seguir adelante por medio del deporte y la meditación. Desde hace años, tengo en mi whatsapp la siguiente frase ”when there´s a will there´s a way”. Esta frase, siempre me ha acompañado, sobre todo en los momentos complicados. Interiorizando y visualizando esta idea como un mantra, he podido comprobar que es así: siempre hay un camino cuando ejercitamos nuestra voluntad y perseverancia.
Tras este periodo de reflexión y autoconocimiento, seguía con dudas con respecto a mi futuro profesional. Había recibido varias ofertas de empleo y alguna propuesta de negocio pero sentía la necesidad de un cambio profundo así que ejercité más mi intuición que mi razonamiento mental (impulsando mi sistema reticular sobre el que hablaré algún día). Mi verdadera vocación siempre ha sido el comportamiento humano así que empecé a ver con claridad el nuevo enfoque que quería darle a mi trayectoria profesional. Quería seguir mejorando profesionalmente haciendo lo que siempre me ha gustado: el desarrollo y crecimiento personal.
Dejé atrás el proceso anterior y atravesé el puente hacia un nuevo paisaje todavía en barbecho para así abrirme a un nuevo horizonte, como parte de la necesaria transformación. Decidí seguir nutriéndome y realicé una formación específica en psicología del bienestar en el Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP), centrándome en el apasionante mundo de las fortalezas, la inteligencia emocional y el desarrollo humano. Me propuse revisar mis conocimientos de inglés, consiguiendo superar los exámenes de nivel C1. Quería estar abierto a varias posibilidades, también por si fuera necesario retomar la que fue mi primera experiencia profesional como profesor de instituto.
En la medida que iba profundizando en las metodologías del auto conocimiento y del desarrollo personal, iba siendo consciente de los beneficios personales que conseguía progresivamente. Durante el periodo de transición me forme en las metodologías de la psicología positiva, el eneagrama, y el crecimiento personal. Claudio Naranjo, Martin Seligman, Helen Pamer, Karmelo Bizcarra, Thich Nhat Hanh, Enrique Martínez Lozano, fueron algunos de los referentes que me acompañaron en este camino de reflexión y aprendizaje. Este trabajo de identificación personal me permitió descubrir mis fortalezas y valores, definir mi horizonte y poder visualizar con claridad el proceso de trasformación hacia mi verdadera vocación.
El desarrollo pleno de nuestra vida profesional está en nuestras manos: sólo tenemos que atrevernos a ser exploradores de lo desconocido y emprender con voluntad y perseverancia el camino que intuimos.
Durante el año 2019, en la medida que iban pasando los meses, cada día que pasaba tenía el presentimiento de que algo bueno iba a pasar…y pasó. Yo estaba dispuesto y se dieron las circunstancias adecuadas, el momento y el lugar para que, junto a mi socio y amigo Alberto, uniéramos nuestras fuerzas e hiciéramos realidad nuestra consultoría de RRHH: VIDETIS CONSULTORES.
Después del esfuerzo de emprender y transcurridos los cinco primeros meses de intenso trabajo en nuestro nuevo proyecto, solo tengo sentimientos de agradecimiento por la etapa que finalizó en 2019 y la nueva experiencia que se ha abierto en 2020. El que podamos desarrollar una vida profesional plena está en nuestras manos: sólo tenemos que atrevernos a ser exploradores de lo desconocido y emprender con voluntad y perseverancia el camino que intuimos.
Os invitamos a que entréis en nuestra Web y en el blog de nuestra consultoría para que veáis los servicios que ya estamos implantando en las empresas navarras. Queremos también informaros sobre nuestro programa de desarrollo profesional –outplacement– basándonos en la metodología de impulsar fortalezas y valores, que estamos trabajando con excelentes resultados. Ponemos a vuestro servicio toda nuestra experiencia de más de 25 años.
Nuestro agradecimiento sincero a todas las empresas, participantes y candidatos por confiar en nosotros.
Cuando una puerta se cierra, otra se abre. A menudo miramos durante tanto tiempo y con tanto pesar a la puerta que dejamos atrás que no nos damos cuenta de la que se está abriendo.
Alexander Graham Bell